¿Porque lo comemos sale distinto?

Durante una clase de Biología, en la que estábamos hablando de nutrición, a un compañero se le ocurrió preguntar: ¿Por que lo que ingerimos es distinto a lo que eliminamos? La profesora nos propuso investigarlo, para luego compartirlo en nuestros blogs.
Para empezar, la materia fecal son los alimentos digeridos que no pudieron ser absorbidos por los intestinos. La materia fecal esta formada por 30% de bacterias, 10% de grasas, 10-20% de materia inorgánica, 2-3% de proteínas y 30% de fibra no digerida, y componentes de los jugos digestivos, tales como bilirrubina y sus metabolitos, que dan el color a las heces. El olor característico lo proporcionan productos como indol, escatol, mercaptanos, súfidos de hidrógeno y otros más, dependiendo del tipo de las bacterias colónicas.

 En cuanto al color, nos vamos a centrar en la bilirrubina. La bilirrubina es un pigmento de color amarillo anaranjado que forma parte de la bilis, por lo que tiene una función en el proceso de la digestión. Es el resultado de la degradación de la hemoglobina vieja en sangre y este proceso es realizado por el bazo. Como bien explica mi entrada anterior, cuando el quimo (alimentos) pasa por el duomo, se enfrenta a la bilis y, al seguir su curso hasta el intestino grueso, con la flora intestinal, que lo termina degradando. De esta manera, aparece un nuevo pigmento amarronado llamado estercobilina. En cuanto a su forma, esta es dada obviamente por la forma del intestino grueso. Aunque parezca asqueroso, la materia fecal es una gran ayudante de los medico. A partir de esta se pueden hacer estudios microscópicos o microscópicos. Estos indican si los órganos digestivos están funcionando de manera correcta o el tipo de parásitos presentes, lo cual puede ser un indicador de ciertas enfermedades presentes en tu cuerpo. Dentro de estos estudios, es muy importante el color.

 La comida esta hasta 72 horas en nuestro cuerpo. Eliminamos 150 gramos de excremento por día. Cuando las cantidades de heces llegan a 30 gramos, el cerebro hace que una válvula (esfinter interno) al final del recto se abra y deje al excremento descender. A pesar de esto, el excremento no sale de nuestro cuerpo hasta que nosotros lo decidimos, ya que hay una segunda válvula (esfinter externo).